“La certificación de profesionales de la peluquería y de la estética es una herramienta internacional que permitirá a los profesionales demostrar que cuentan con los conocimientos, habilidades y aptitudes recogidos en su perfil profesional”.
El 13 de octubre de 2020 OMAT se convirtió en la primera entidad certificadora de personas acreditada por ENAC (Entidad Nacional de Acreditación) según la norma UNE-EN ISO/IEC 17024. Esta acreditación recae sobre dos esquemas propios de OMAT que certifican la excelencia de los profesionales de la peluquería y la estética en la atención al cliente en el ejercicio de su profesión, siendo los profesionales evaluados por una entidad independiente, con competencia técnica y siguiendo en todo momento el proceso de evaluación recogido en la norma.
OMAT, en sus más de 30 años de experiencia, se ha convertido en el nexo de unión entre el ámbito formativo y el ámbito profesional (no regulado) del sector de la Imagen Personal, lo cual ha permitido conocer las inquietudes, las necesidades y las carencias de los profesionales de uno y otro lado. Desde esta posición, OMAT, con una visión completa del panorama y un amplio conocimiento del sector de la Imagen Personal, ha contado con la información necesaria para desarrollar dos esquemas que evalúan las competencias que los profesionales de la peluquería y la estética tienen en atención al cliente. Desde OMAT apuntan “si hay un punto crítico en el sector servicios es la atención al cliente, ya que puede ser el gran motivo por el que alguien deje de ir a un salón o siga yendo regularmente. Los salones de peluquería y los centros de belleza, siempre han tenido “fama” de ser espacios a los que se acude como si de una terapia psicológica se tratase. Que una persona ponga su imagen en manos de profesionales denota confianza, que vendrá reforzada por la excelencia en la atención al cliente ofrecida por el profesional certificado”.
El desarrollo de estos esquemas, ofrece a los profesionales que lo obtienen un respaldo independiente que valida las competencias recogidas en los mismos, obteniendo un valor añadido y consiguiendo un elemento diferenciador en el mercado laboral. La certificación de personas es una herramienta de confianza para las empresas que garantiza la posesión de las competencias recogidas en el esquema mediante un proceso de certificación estructurado e imparcial. Asimismo, contribuye a la especialización del personal y contrarresta las diferencias de educación y formación, facilitando su incorporación a un mercado de trabajo global.
Los beneficios que aporta la certificación de personas a estos profesionales resultan evidentes: “el objetivo de este proyecto es dotar al sector de estándares de calidad que ofrezcan diferenciación a los profesionales, siendo elegidos frente a otros. La certificación asegura que las personas certificadas cumplen con los estándares de calidad demandados por el mercado.” Es por ello, que supone un elemento de confianza para los usuarios de los servicios de peluquería y de estética.
Desde OMAT consideran que “estamos ante un momento de transformación social que marcará un antes y un después, prestando más atención a determinadas cuestiones que antes se pasaban un poco por alto. La clave estará en tener la capacidad de generar confianza en los clientes y saber ver la oportunidad de fidelización y captación de nuevos consumidores que esto supone, permitiendo de este modo, una elección más informada y basada en la competencia, lo que aumenta la transparencia y competitividad de estos mercados”.
En este sentido, Miguel Vidal, CEO de OMAT, explica: “se hacen necesarios estos esquemas de certificación para ayudar a la autorregulación de profesiones no reguladas, aumentando el nivel de exigencia y dificultando el intrusismo y el fraude en este sector. Está comprobada la eficacia de esta herramienta que sirve para dotar de información a los clientes y permitir una elección basada en las competencias, transparencia y competitividad”. Por ello confirma que “la certificación de personas es una herramienta establecida para aportar confianza al mercado, a las autoridades o a los empleadores sobre la competencia de determinadas personas para ejecutar ciertas actividades”. La confianza en los respectivos esquemas de certificación de personas se logra por medio de un proceso de evaluación aceptado globalmente, y en reevaluaciones periódicas descritas en la norma internacional UNE EN-ISO 17024.
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